Cáncer de seno triple negativo

Pair of open human hands close up in front of person with light pink ribbon symbol of surviving breast cancer

Por Dra. Lorena Di Pasquale Guadalupe, Patóloga, Especialista en patología de seno

El cáncer de seno es la causa más común de cáncer en mujeres en Puerto Rico. Compone el 28% de todos los diagnósticos de cáncer en mujeres y causa alrededor de 400 muertes al año en Puerto Rico

El mismo puede originarse en diferentes partes del seno, pero mayoría se origina en los ductos que llevan la leche hacia el pezón, llamados carcinomas ductales. No obstante, existen una diversidad de subtipos que es importante identificar ya que su comportamiento y respuesta a tratamiento puede ser muy diferente. Esto hace del cáncer de seno una enfermedad sumamente compleja.

Gracias a los avances en la medicina personalizada, hoy en día, en adición a la clasificación histológica, podemos subclasificar el cáncer de seno de acuerdo con su perfil molecular y presencia de biomarcadores. Esto permite ajustar el tratamiento de una manera más específica acorde con las características de cada tumor y obtener una mejor respuesta. En este campo, los biomarcadores más importantes que se determinan de forma rutinaria son los receptores de las hormonas estrógeno y progesterona, y el receptor del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2). Su importancia reside en que son proteínas presentes en la superficie de las células tumorales que contribuyen al crecimiento y la sobrevivencia del cáncer para las cuales existen terapias dirigidas a bloquear su función.

La presencia de los receptores de estrógeno y progesterona es un factor pronostico favorable y predictivo de respuesta a terapia hormonal dirigida mientras que sobreexpresión de HER2 representa un subtipo biológico más agresivo pero que responde a terapias dirigidas anti-HER2 que mejoran el curso clínico significativamente.

Tumores que no expresan ninguno de estos biomarcadores se conocen como cáncer de seno triple negativo. Este es un grupo heterogéneo de tumores que componen alrededor de 15 % de todos los canceres de seno, pero el porcentaje puede sobrepasar 20% en mujeres afroamericanas o latinas. La mayoría son muy agresivos, histológicamente de alto grado, tienden a presentarse a edades más tempranas (menor de 50 años), tienen mayor tendencia a presentar metástasis a distancia, en especial al sistema nervioso central, hígado y pulmón, y presentan un riesgo más alto de recurrencia a corto plazo con una peor sobrevida aun después de tratamientos más agresivos en comparación con los tumores que no son triple negativo.

Factores de riesgo para el cáncer triple negativo incluyen ser de edad premenopáusica, historial de múltiples embarazos, no haber lactado o haber lactado por poco tiempo, bajo nivel socioeconómico, uso de alcohol y obesidad.

Alrededor de 15 % de los tumores triple negativo son hereditarios. Estos están particularmente asociados a mutaciones genéticas en los genes BRCA. Mujeres con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 tienen un aumento en riesgo estimado de 45 a 65% de desarrollar cáncer de seno, entre otros tipos de cáncer. Este riesgo siendo más alto alrededor de los 40 años.

El tratamiento del cáncer de seno triple negativo típicamente envuelve una combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia convencional. Estos tumores no se benefician de las terapias dirigidas hormonales y anti-HER2 ya que carecen de estos marcadores de superficie lo cual limita las opciones de tratamiento.

En los casos que se utiliza la quimioterapia de forma neoadyuvante (previo a la cirugía oncológica para extraer el tumor), aproximadamente 30 a 40 % de los casos alcanzan respuesta patológica completa. Esto quiere decir que, al extraer el tejido tumoral luego del tratamiento de quimioterapia, no permanece ninguna célula de cáncer activa. Sin embargo, a pesar de estas altas tasas de respuesta patológica completa en comparación con otros subtipos de cáncer de seno, el riesgo de recurrencia es continúa siendo considerablemente más alto en el cáncer triple negativo.

En años recientes se han identificado nuevos blancos de tratamiento para cáncer de seno triple negativo. Un importante avance ha sido la aprobación por la FDA de un inhibidor de la molécula PD-L1. La misma esta presente en 20% de los tumores triple negativo y le permite al tumor esconderse de nuestro sistema inmunológico y no ser atacado. Al inhibir esta molécula, nuestro sistema inmune puede reconocer las células tumorales y destruirlas. Este tratamiento es un tipo de inmunoterapia que ha mostrado un aumento significativo en sobrevida en pacientes con cáncer de seno triple negativo avanzado. Por esta razón es importante hacer la prueba para detectar la expresión de la molécula PD-L1 en tumores que no expresan receptores de estrógeno, progesterona o HER2.

Por otra parte, existen también terapias denominadas inhibidores de PARP que están dirigidas a interferir con la molécula que repara el ADN en las células tumorales de pacientes con las mutaciones BRCA1 o BRCA2. Esto les dificulta a las células tumorales sobrevivir daños a su ADN.

La investigación en el campo de terapias dirigidas e inmunoterapias continúa con la meta de lograr la cura para las pacientes con cáncer de seno triple negativo.

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