Por: Dr. Norberto Báez
La artroplastia de rodilla es una cirugía para reemplazar un articulación de la rodilla por una prótesis o articulación artificial. Tras la cirugía, el paciente debe practicar una serie de ejercicios que ayuden en su proceso de recuperación para recuperar fuerza y movilidad en su rodilla.
El cirujano ortopédico le proporcionará a su paciente indicaciones de los ejercicios adecuados según la etapa de recuperación en la que se encuentre. En general, se recomiendan ejercicios de bajo impacto que no provoquen tensiones en la rodilla.
En la etapa postoperatoria (primeros días tras la cirugía) se recomienda hacer ejercicios hasta 30 minutos de dos a tres veces al día. Los ejercicios en la recuperación temprana consisten del levantamiento de la pierna y del estiramiento de la rodilla, y en la rotación de los tobillos. Estos ayudan estimulan la circulación sanguínea en las piernas y pies, lo cual es importante para prevenir coágulos. Estos también ayudan a fortalecer los músculos y estimulan el movimiento de la rodilla.
Además de estos ejercicios también se recomienda en la etapa de recuperación temprana caminar. Cuanto antes se comience a caminar, una vez el cuerpo supere los efectos de la anestesia, mejor. Se debe comenzar con pasos y caminatas cortas, que pueden ser hasta en la misma habitación. De ahí, poco a poco, se avanza a distancias más largas. Es importante llevar un registro del tiempo de caminata para evaluar el progreso del paciente día a día.
Conforme se avance en la recuperación, el cirujano ortopédico y el terapista física le enseñarán al paciente versiones más complejas para el levantamiento de la pierna y estiramiento de la rodilla.
En una etapa más avanzada se recomiendan otros ejercicios que no implican una carga de peso en la rodilla operada, pero sí ayudan a fortalecer los músculos alrededor de la rodilla.
Más aún, los ejercicios son importantes para recuperar el movimiento tras un reemplazo de rodillas.
Pedalear o practicar el ciclismo en una bicicleta estática es una buena manera de recuperar la fuerza en la rodilla. Al principio debe ajustarse el asiento de la bicicleta para evitar que el pie completo toque el pedal. Empiece pedaleando hacia atrás y, cuando sienta cómodo el movimiento, pedalee hacia el frente. Lo importante es mantener la bicicleta en una posición plana y, al igual que con las caminatas, aumentar las distancias gradualmente.
Muy parecido a pedalear también está la opción avanzada del uso de máquinas elípticas, siempre que no se añada tensión excesiva. Tanto el pedaleo como el uso de las máquinas elípticas implican un movimiento circular que favorece la recuperación, pues el paciente usualmente puede completar un circuito más prolongado.
Otra posibilidad, más avanzada, es la natación, que es una excelente manera de ejercitarse sin poner tensión en la rodilla artificial. Muchos pacientes con reemplazos de rodilla pueden volver a nadar dentro de tres a seis semanas después de la cirugía. Sin embargo, cada paciente debe consultar con su médico antes de iniciar este ejercicio.
Si bien el ejercicio es parte fundamental de la recuperación tras un reemplazo de rodillas, no debe apresurarse ninguna actividad hasta tanto el cirujano ortopédico dé la recomendación. Ejercitarse sin haberse recuperado lo suficiente pone en riesgo los resultados de la operación y aumenta la probabilidad de complicaciones. Siga las indicaciones de su médico y lleve cuenta de su progreso. Tome cada día con calma, pues poco a poco irá recuperando la movilidad y la fuerza exitosamente si sigue la rutina de ejercicios recomendada.