Por: Amílcar G. Rodríguez, MD, FAAD.
Los principios de rejuvenecimiento facial han cambiado drásticamente en los últimos años con un mayor énfasis en la restauración de volumen en un plano tridimensional. El volumen es indiscutiblemente la característica facial con mayor impacto visual y su pérdida es la primera señal evidente de envejecimiento que se puede observar tan temprano como a los veinticinco años. El volumen está definido como el espacio que ocupa un cuerpo y posee tres dimensiones: alto, ancho y largo. El volumen es importante en todas las capas del rostro desde el hueso, la dentadura, los músculos, almohadillas de grasa, los labios y la piel por lo que su fluctuación puede afectar nuestra percepción de la edad, atractivo físico y salud física de las personas. Estas variaciones en la juventud se deben a fluctuaciones en el peso mientras que en la adultez a la pérdida y cambio en la distribución del volumen de los diferentes compartimientos del rostro con la disminución del volumen semejante a un globo desinflándose. La pérdida de estructura y soporte facial tiene también como consecuencia que la forma de los labios cambie, adquiriendo una apariencia curva hacia abajo en adición a la disminución de su grosor. La pérdida de volumen se refleja en la formación de sombras en diferentes áreas del rostro como por ejemplo las ojeras, los pliegues nasolabiales, las marionetas (surcos verticales que comienzan en las comisuras de los labios y terminan en la barbilla), mejillas hundidas y la sien. Estas sombras son una manifestación visible de la pérdida de densidad ósea; disminución y migración de los “fat pads” o almohadillas de grasa en las mejillas, mandíbula y sien; atrofia muscular y disminución en el grosor y la elasticidad de la piel. De esta forma, la mejor forma de corregir esas sombras que añaden edad y apariencia cansada al rostro es restaurando el volumen perdido utilizando rellenos inyectables para así mejorar la estructura facial.
El procedimiento de rejuvenecimiento facial tridimensional consiste en la inyección e implantación de rellenos sobre el periostio (hueso) o en el tejido subcutáneo (grasa) para así reestablecer el volumen perdido, mejorar la simetría y proporción en las facciones del rostro, aumentar o definir prominencias como los pómulos, y levantar los tejidos del rostro. De esta forma se logra resaltar la belleza natural del rostro logrando una apariencia más atractiva, descansada y balanceada. La implantación profunda de estos rellenos es más eficaz ya que la mayor pérdida de volumen ocurre en los huesos y en los compartimientos o almohadillas de grasa profundos “deep fat pads”. Con este tipo de técnica se puede realizar aumento de mentón sin cirugia, aumento y definición en la mandíbula, aumento de pómulos, corrección de ojeras, rinoplastia líquida y el “Liquid Facelift” o estiramiento facial líquido no quirúrgico que es el procedimiento de restauración volumétrica con rellenos en su máxima expresión.
Los rellenos inyectables son para los inyectores lo que el barro o arcilla son para los escultores. La corrección de déficits estructurales y de volumen en el rostro se realiza con rellenos inyectables de los cuales existen varios tipos a base de ácido hialurónico (Restylane, Juvederm), hidroxiapatita de calcio (Radiesse) y ácido poliláctico (Sculptra). Factores que afectan la longevidad y los efectos de los rellenos incluyen el tipo de componente, viscosidad, tamaño de las moléculas, y la resistencia a la degradación; en adición a factores propios del paciente como el estilo de vida y área tratada. De todos los rellenos a base de ácido hialurónico, el de mayor duración es Juvederm Voluma con una duración de hasta dos años seguido de Restylane Lyft. Radiesse puede durar hasta un año y consiste de hidroxiapatita de calcio que es un componente derivado de hueso que tiene la propiedad de estimular la producción de colágeno. Sculptra consiste de ácido poliláctico que ayuda a restaurar el volumen de forma gradual y puede durar hasta tres años.
La técnica de rellenar arrugas o pliegues directamente están basados en principios bidimensionales que no toman en cuenta que nuestros rostros tienen un alto, un ancho y un largo. Los rostros requieren que el inyector no solo tenga excelente dominio técnico pero que posea un ojo artístico que tenga como meta embellecer, no exagerar. Es de suma importancia que los pacientes se realicen estos tratamientos con médicos especialistas “Board Certified” en dermatología y cirugía plástica ya que tienen el entrenamiento y dominio requerido para realizar estos procedimientos y manejar posibles complicaciones. Es importante no recibir inyecciones de personas no entrenadas y con productos de procedencia dudosa en adición a que un paciente jamás debe inyectarse a sí mismo ya que puede desarrollar complicaciones nefastas como ceguera o necrosis (muerte) de la piel.