Estilos de vida y enfermedades cardiovasculares

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Por: Miguel Rodríguez Garrido, MD, FACC

Los estudios más recientes demuestran que para evitar las enfermedades cardiovasculares (ECV) hay que educar y tomar acción sobre los factores de riesgos modificables. Esto se logra cambiando dramáticamente los estilos de vida a los seis años de edad y llevando el colesterol malo (LDL) a 50 mg/dl.

En Puerto Rico las ECV son la principal causa de muerte en hombres y mujeres entre las edades de 40 a 70 años, para un total 140 muertes por cada cien mil habitantes. Esta cifra debe disminuir en un 5% para el año 2025 debido a la intervención temprana y a la alteración positiva de los estilos de vida. En el mundo 17 millones de personas mueren al año por ECV y en los Estados Unidos mueren 23 personas cada minuto.

El término ECV incluye varias condiciones. Entre ellas se encuentran las siguientes:

  1. Endurecimiento de las arterias o arteriosclerosis. El depósito de colesterol y calcio en las coronarias o arterias del corazón resulta en un infarto cardiaco agudo y/o muerte súbita, debido a que en las arterias cerebrales ocurre un derrame cerebral y en las arterias de las extremidades inferiores se desarrolla gangrena de esa extremidad.
  2. Fallo cardiaco congestivo por un corazón débil (HFrEF) o rígido (HFpEF). Ambos presentan un alto riesgo de mortalidad.
  3. Arritmia cardiaca letales o incapacitantes.

La diabetes mellitus tipo 1 y 2 y la insuficiencia renal crónica se consideran equivalentes a ECV por su asociación directa y alto riesgo de comorbilidad. Los pacientes con ECV o su equivalente requieren cambios urgentes en sus estilos de vida y medicamentos de alta potencia y precisión para evitar la muerte temprana. Cambiar este escenario se conoce como prevención secundaria.

La prevención primaria se da en personas saludables sin ECV detectable o su equivalente. Existen varios estudios médicos para evaluar los estilos de vida en personas saludables. El estudio prospectivo longitudinal de mayor importancia en esta población se llama Framingham Heart Study, el cual comenzó en 1948 y en el que han participado 14,000 personas y tres generaciones (padre, hijo, nieto). Al igual que otros estudios similares, en este se evalúan los diferentes estilos de vida relacionando factores de riesgo y probabilidad porcentual de ECV a 10 años. Los resultados son que:

  • Ningún factor de riesgo tiene un 7.5% de probabilidad de desarrollar ECV en 10 años.
  • Un factor de riesgo tiene un 10% de probabilidad de desarrollar ECV en 10 años.
  • Con dos o más factores de riesgo la probabilidad de desarrollar ECV es más de un 20% en 10 años. A mayor cantidad de factores de riesgos más incrementa exponencialmente la probabilidad de ECV.

Los factores de riesgos no modificables son: la edad (de todos el peor), el género y el factor genético. Por otro lado, los estilos de vidas modificable son los siguientes:

  • Hipertensión: 120/80 mmhg es el valor óptimo para pacientes con ECV, diabéticos y pacientes con insuficiencia renal. 140/90 mmhg se considera prehipertensión.
  • Diabetes mellitus: azúcar en ayuna mayor de 126 mg/dl, prueba de tolerancia de azúcar a 2 horas mayor de 200 mg/dl o azúcar glicosilada mayor de 5.7%.
  • LDL o colesterol malo de 190 mg/dl para prevención primaria y menor de 70 mg/dl para prevención secundaria.
  • Fumar: inhalar humo desaparece el óxido nitroso del endotelio vascular por varios minutos provocando que se deposite el colesterol en las arterias.
  • Obesidad: índice de masa corporal mayor de 30 m/kg o circunferencia abdominal mayor de 40 en hombres y mayor de 35 en mujeres.
  • Sedentarismo: Ejercicio aeróbico 30 minutos al día.
  • Consumo moderado o alto de alcohol provoca hipertensión, obesidad, arritmias y cardiomiopatía alcohólica.
  • Otros factores de riesgo algunos modificables y otros no: lupus eritematoso, drogas ilícitas, psoriasis, radiación al pecho, nivel de homocisteína alto, artritis reumatoidea, reemplazo hormonal en mujeres mayores de 55 años, apnea del sueño y otros.

En resumen, mientras peor son nuestros hábitos alimenticios y estilos de vida mayor es la probabilidad de desarrollar un evento vascular, usualmente súbito y catastrófico. Es recomendable después de los 40 años de edad visitar anualmente un profesional de la salud. De esta forma se pueden modificar los estilos de vida perjudicial para su salud.

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