Dr. Jorge De Jesús MD FACE
Presidente Comité Educación a la Comunidad
Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología
Existen aproximadamente 12 millones de pacientes sobrevivientes de cáncer en la nación americana. Se sabe también que aproximadamente dos terceras partes de la población en Estado Unidos es obesa o esta sobrepeso.
La grasa en nuestro cuerpo no es un tejido inerte. La célula grasa es una fuente importante de producción de sustancias metabólicamente activas, que la evolución del ser humano la creo para sobrevivir las hambrunas. Ahora que vivimos en época de abundancia, este exceso hace daño y de múltiples maneras.
Muchos estudios relacionan la obesidad con un mayor riesgo a desarrollar cáncer. Los individuos obesos con cáncer tienen más recurrencias y una alta probabilidad de morir de la malignidad.
Los mecanismos para explicar esta relación no son del todo conocidos. Se sabe que el adiposito o célula grasa produce una serie de sustancias tóxicas, conocidas como adipocinas. También produce factores de crecimiento y hormonas que alteran la forma y manera en que las células de los tejidos se multiplican y crecen. Esto es lo mismo que pasa en las malignidades: hay alteraciones en los controles de crecimiento y multiplicación de las células y estas crecen en forma tumoral sin control.
Se cree que el tejido graso actúa como un facilitador para el desarrollo y crecimiento de estas malignidades.
Todavía no está claro si el obeso que desarrolla una malignidad pudiera tener mejor pronóstico si perdiera peso. Pero sería una materia de estudio interesante y por supuesto, complicado.
En adición a un ambiente propicio para el crecimiento de tumores; en el paciente obeso se hacen más difíciles las detecciones tempranas y el diagnostico de tumores en etapa iniciales cuando se desarrollan. Las cirugías en muchos casos son difíciles o no son posibles. Cuando se calculan las quimioterapias, frecuentemente se
subestiman las dosis dado el hecho de que no se cuenta que el tejido graso excesivo afecta la fórmula del cálculo de las terapias.
El futuro del estudio de esta interrelación está en buscar el detalle de la bioquímica hormonal de la célula grasa.
Estos estudios pudieran ser de gran beneficio en el tratamiento de la obesidad y el cáncer, dos condiciones de gran impacto a la salud del sistema de salud en que vivimos.
El cálculo del índice de masa corpórea es básico en su evaluación médica. Existen directrices nacionales para que esta medida sea calculada en la visita médica en cada paciente. El propósito principal es alertar al clínico y al paciente afectado de que se deben tomar medidas para reducción de peso y posiblemete intervenciones con medicamentos , si es que la dieta, ejercicio y cambios en estilo de vida no resultan en por lo menos una reducción de peso de 10 a 15 libras, en varios meses. Siempre se ha asociado la obesidad con alta presión, diabetes mellitus tipo 2, depresión, problemas de colesterol; pero la asociciación con malignidades y un peor pronóstico a las mismas es un dato realmente preocupante.