Usted entra con su acompañante, sus hijos, o amigos, a un restaurante a cenar y, de buenas a primeras, comienza a sentir palpitaciones o el corazón acelerado. Se añade sudoración, temblor o tremor de sus extremidades, sensación de que le falta el aire o no puede respirar. Rápidamente, usted comienza a preocuparse, continúa sintiendo como si se fuera a ahogar, dolor o molestia en el pecho, náuseas, mariposeo en el estómago, sensación de mareo o su cabeza liviana. En ese momento usted sabe que algo terrible le está pasando o, por lo menos, lo piensa así. Se puede presentar desrealización, que quiere decir una sensación de extrañeza de lo que le rodea, como si fuera irreal, y/o despersonalización, que es cuando usted siente que parte de su cuerpo no le pertenece. Luego se puede presentar el temor de perder el control o de perder la razón, una sensación inminente de que se va a morir, escalofríos o sensación de calor, y por último, parestesias, que es la sensación de adormecimiento en algunas partes del cuerpo.
Lo arriba descrito es lo que se conoce como un ataque de pánico, clasificado bajo los diagnósticos de trastornos de ansiedad. Para que usted sea diagnosticado con ataques de pánico se deben presentar al menos cuatro síntomas de los arriba descritos. Este comienza inesperadamente y llega a un pico máximo al cabo de los diez minutos de haber comenzado los primeros síntomas. Es importante aclarar que los ataques de pánico se pueden dar con agorafobia (temor extremo a estar entre multitudes o en un lugar cerrado donde se pudiera dificultar la salida rápida del mismo) o sin agorafobia.
¿Qué importancia tiene que usted conozca este trastorno psiquiátrico? Al presentar tantos síntomas físicos, la mayoría de los pacientes acuden a las salas de emergencia, donde se les hacen múltiples estudios, incluyendo el EKG, y todo sale negativo. Por lo tanto, es importante conocer este trastorno y sus síntomas.
La calidad de vida de los pacientes con el trastorno de ataques de pánico comienza a disminuir consideradamente, pues no se atreven a salir a eventos familiares, o simplemente a divertirse, por temor a sufrir otro ataque de pánico. En el ámbito laboral, también estos pacientes se afectan, pues una vez comienza el ataque, sienten la necesidad de abandonar su área de trabajo.
La buena noticia es que los ataques de pánico se pueden tratar exitosamente en la oficina de su médico psiquiatra. Hay múltiples alternativas de medicamentos que liberan la ansiedad tan terrible que los ataques producen en el paciente. Si usted, un familiar, o amigo ha presentado este tipo de condición psiquiátrica, lo exhortamos a hacer una cita con el psiquiatra y a comenzar su tratamiento para que mejore su calidad de vida.