Por Dr. Guillermo J. Pastrana Maisonet, Medicina Primaria y Cirugía Menor
“El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”
– William Osler
El médico primario es lo que en nuestra Isla conocemos como médico de cabecera y antiguamente, como el médico de la familia o de pueblo. Es un doctor en medicina general, internista o pediatra. Es como el soldado que está en el primer frente de batalla: lleva a cabo el examen de rutina anual; diagnostica y trata afecciones médicas que no son urgentes; ordena y dialoga con el paciente los laboratorios y pruebas diagnósticas de rutina y preventivas; coordina los medicamentos recetados y mantiene una continuidad en la atención al paciente. Es el que refiere a un especialista para los cuidados especializados. En fin, el médico primario es el eje central de los cuidados básicos, aquel que conoce a su paciente y su familia. Es el confidente en salud, al que acude el paciente cuando quiere cuidar su salud antes o después que su cuerpo da señales de auxilio.
A través de los años, he podido comprobar que somos los que ayudamos con las afecciones del cuerpo y muchas veces con las afecciones mentales y emocionales. Los pacientes llegan a la oficina y nos expresan que van porque nos extrañan; tienen la necesidad de ser escuchados, somos los únicos que entendemos lo que sienten y padecen.
Teniendo todo esto en cuenta, al momento de elegir un médico primario, es importante que el paciente se pregunte:
¿El trato del médico es formal, confiable y considerado con sus pacientes?
¿Contesta mis preguntas y dudas?
¿Aclara mis dudas de forma sencilla, que yo pueda entender?
¿Me ofrece alternativas de tratamiento con las que me sienta confiado y satisfecho? ¿Respeta mis decisiones?
¿Da seguimiento a mis problemas de salud y continuidad a mis tratamientos?
¿El personal de oficina es amable y servicial?
¿Los horarios de servicio son apropiados?
¿Las instalaciones de la oficina son accesible, cómodas y agradables?
¿El médico es agradable conmigo, permite la interacción con mis seres amados?
¿El médico o el personal de su oficina me ayuda a coordinar otros servicios que necesito?
¿Provee el médico servicios de telemedicina en caso de que no pueda asistir a la oficina?
Una vez el paciente se haya contestado estas preguntas estará mejor preparado para seleccionar su médico primario. Quisiera terminar con un pensamiento que describe muy bien nuestra labor: “Un médico sabio dijo, La mejor medicina es amor y cuidados. Alguien le preguntó, ¿Y si no funciona? El sonrió y le contestó: Aumenta la dosis”.