Por: Dra. Franchesca Fiorito Torres
Neuróloga – Board Certified
Sub-especialista en dolores de cabeza
El botox como tal es una toxina generada por una bacteria que se pega temporeramente a unos receptores en las terminaciones nerviosas e inhibe la contracción muscular
La migraña es una condición médica – en muchas ocasiones hereditarias–, que consiste en un dolor de cabeza que puede ser debilitante en algunos casos debido a su severidad y a la presencia de síntomas como náusea, vómito, sensibilidad a la luz y el sonido, mareos, fatiga y cambios del estado de ánimo. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de migraña en la población general es aproximadamente un 12% y es considerada la octava condición a nivel mundial que conduce a una vida con incapacidad.
La migraña crónica consiste en un dolor de cabeza cuya duración excede los 15 días por un período mínimo de tres meses; en ocho días de este período se manifiestan las características de la migraña. Cuando hay un paciente con migraña crónica, el enfoque debe ser uno preventivo. Debe haber un tratamiento dedicado a reducir la frecuencia, severidad y duración de los ataques futuros y a mejorar la respuesta del paciente a medicamentos agudos, que son aquellos que se toman al momento del dolor, tales como antiinflamatorios no esteroideos o triptanos. Estos deben ser limitados debido a la posibilidad de que causen un dolor de cabeza rebote por su uso excesivo, entre otras complicaciones. Hoy día los medicamentos preventivos pertenecen a un grupo con indicaciones ya establecidas. Por ejemplo, los tres medicamentos son: antidepresivos, anticonvulsivos o antihipertensivos. En muchos casos, estos tratamientos son muy efectivos y bien tolerados.
Sin embargo, muchos pacientes requieren terapia adicional, porque no toleran el medicamento debido a sus efectos secundarios o tienen contraindicaciones para el uso de estos. En estos casos, el uso de BOTOX® para la migraña crónica es una excelente alternativa.
BOTOX® es una toxina generada por una bacteria que se pega temporeramente a unos receptores en las terminaciones nerviosas e inhibe la contracción muscular, por el cual ayuda a reducir arrugas y líneas de expresión. Sin embargo, también se ha encontrado que reduce la liberación de factores inflamatorios que contribuyen a la transmisión de dolor en el mecanismo de la migraña. En 2010 se estableció como el primer tratamiento preventivo aprobado por el FDA para la migraña crónica en pacientes mayores de 18 años.
El procedimiento dura alrededor de 15 minutos y consiste de una serie de 31 inyecciones fijas en 7 músculos de la cabeza y el cuello que se ponen cada 12 semanas. El efecto se determina por completo luego de dos sesiones consecutivas, aunque la mayoría ven los resultados luego de 10-14 días de inicio del tratamiento.
En general es muy tolerado para el uso de migraña crónica. Los efectos secundarios más frecuentes son: dolor de cuello, debilidad muscular, molestia en área de inyección, caída del párpado superior y, raramente, dolor de cabeza. Todo esto es reversible. Mientras mayor experiencia tenga el médico que inyecta, menos probable serán estos efectos secundarios. Los efectos adversos dependen de la dosis aplicada y el lugar de inyección, que varían dependiendo de la indicación, pero no se ha reportado ninguna complicación mayor para el protocolo de la migraña crónica.
Este medicamento se debe evitar durante el embarazo, en pacientes con condiciones neuromusculares o con historial de anafilaxis o alergia previa al botox.
BOTOX® es una herramienta adicional para pacientes con dolores de cabeza crónicos, específicamente aprobado para migraña crónica, que tiende a ser efectivo y muy tolerado. Siempre se debe consultar con el neurólogo o especialista en dolores de cabeza acerca de esta opción, ya que ellos determinarán si el paciente es candidato para este tratamiento.