Yo soy Médico… De lo que no se habla

Por la Dra. Verónica Alcántara Nuñez, Medicina General

Yo Médico… que trabajó con cada paciente día a día con el objetivo de ayudarlo a mejorar su salud, aun con los requerimientos y obstáculos del Sistema de Salud que generan un estrés indescriptible. A la misma vez trato de equilibrar mi tiempo de trabajo con mi familia, y el 90% de las veces es trabajo. 

Yo Médico… Tengo que saber manejar el estrés laboral para poder ser certera en lo que necesita cada uno de mis pacientes, aun sintiéndome enferma, cansada y sea casi imposible dejar los pendientes familiares fuera del trabajo. Suele ser sencillo hablar de todo esto con compañeros de trabajo que pasan por lo mismo, pero no profundizamos en las consecuencias. De acuerdo con un estudio realizado por Physicians Foundation, más de un 55% de los doctores que participaron en la encuesta afirmaron que conocen a un médico que ha considerado, intentado o muerto por suicidio.

En la profesión existe un conjunto de sucesos que se combinan que aumentan el estrés, la presión y que afectan emocionalmente. Los pacientes, la administración, la falta de personal, el sistema, que desconoce el trabajo diario, doce o veinte horas de trabajo diarias, perderse momentos importantes con la familia, seguir las exigencias establecidas por el sistema y poder cumplir con las políticas de la Institución donde se labora, puede llevarnos a un frágil balance entre el trabajo y nuestra vida personal. Todo lo anterior produce un resultado de cansancio emocional y físico, que la sociedad no nos permite sentir, porque Yo Médico debo poder hacerlo todo.

Un abstracto del artículo Suicide Among Doctors del Indian Journal of Psychiatry, expone que “los doctores persistentemente evitan buscar ayuda” por múltiples causas, falta de tiempo, automedicarse, pensar que puede mejorar y el temor a que eventualmente impacte su desempeño, así como su licencia para ejercer.

De acuerdo con este artículo, las razones para el suicidio están divididas en tres categorías: (1) razones personales, que incluye falta de apoyo en el trabajo y las demandas; (2) condiciones estructurales del ambiente de trabajo y puedo mencionarlas, como el récord electrónico (y todo lo que incluye como códigos, documentación), la falta de material y personal, incluso de especialistas además del tiempo que suele ser importante en la atención de los paciente; y (3) finalmente, y no el menos importante, la exposición constante a muertes y traumas, pacientes en particular que pueden crear memoria en nosotros y afectar el temple necesario para nuestro desempeño. Ser empático, manejar la presión y el estrés para poder dirigir el conocimiento necesario es de los mayores estresores.

Todo lo anterior, son los tres factores más alarmantes en el día a día de los médicos, de lo que no se habla. Es cierto que factores de estrés ocurren en todas las profesiones, pero los médicos somos más vulnerables. Incluso hay investigaciones que establecen que la escala de suicidios entre médicos es la más alta entre todas las profesiones.

La diversidad de expectativas de la sociedad no ha permitido que se hable de esto. La mayoría de las veces es el descontento lo que supera las conversaciones. Incluso el tener que tolerar el descontento de la sociedad por la ausencia del médico porque tuvo un accidente o una enfermedad.

Yo médico, debo entender que puedo ser una heroína o un héroe, pero que no soy invencible.

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