¿Qué es la disfonía de tensión muscular, y cómo se asocia a la Pandemia?

Por Dra. Paulette Pacheco López, Otorrinolaringóloga

Subespecialista en Cirugía de cuerdas vocales y trastornos de voz

Por el último año, todos hemos estado forzados a vivir detrás de una mascarilla. Su función primordial la conocemos ya a la saciedad: protegernos contra el COVID. ¡Está grabado en nuestras mentes! Nos lo recuerdan en el supermercado, en el aeropuerto, en las oficinas médicas…  En fin, en todo lugar que visitamos la tenemos puesta.  Sin embargo, la necesidad de tener que comunicarnos día tras día con la mascarilla puesta, a veces por largas horas en nuestros respectivos trabajos, inadvertidamente ha desencadenado un aumento en la incidencia de una condición de voz, que, aunque es común en el campo en que me especializo, muy pocos la conocen.  Se llama disfonía de tensión muscular.

Si dividimos este diagnóstico en palabras, disfonía es el término médico que significa “problema de voz”.  Y tensión muscular, pues es sencillamente “tensión en los músculos” – en este caso los músculos asociados a la laringe, nuestra caja de la voz.  Los síntomas son ronquera, o cambio en el metal de voz, fatiga o cansancio al hablar, dolor en la parte anterior del cuello (usualmente justo encima de la laringe), dolor de garganta, y en algunos casos la sensación de sentir ahogamiento, falta de aire, o percibir el cuello “apretado”.  Tradicionalmente, la disfonía de tensión muscular puede estar asociada al sobreuso o mal uso de nuestra caja de la voz por distintas razones.  Puede ocurrir luego de algún cuadro viral, o una laringitis, o puede ser secundario al mal uso, donde empleamos una técnica vocal equivocada de manera inconsciente. En ocasiones, esta condición también puede estar asociada a altos niveles de ansiedad y estrés.

¿Y dirán, entonces que tiene que ver esto con la Pandemia? Resulta que el uso prolongado de la mascarilla nos obliga a tener que aumentar el tono de voz durante muchas horas corridas, especialmente en aquellas personas con ocupaciones que requieren mucho uso de voz.  Adicionalmente, la mayoría de nuestras reuniones e intercambios ocupacionales se tornaron remotas, telefónicas o virtuales, las cuales requieren aún más, el uso de una voz más alta y forzada para así lograr trasmitir el mensaje de manera audible y clara.

En cuanto al impacto emocional, la Pandemia indudablemente de alguna manera u otra, nos ha afectado a todos.  El impacto económico, el aislamiento, la soledad, las pérdidas de las vidas por la enfermedad, la educación de nuestros niños de manera virtual, el miedo al contagio… La lista es interminable. Y sabemos que la laringe es muy sensible a la ansiedad y el estrés, por lo que muchos canalizan estresores a través de la musculatura del cuello, donde habitan los músculos de nuestra voz, dando lugar a esta condición de disfonía de tensión muscular.

Ya según se fue adentrando la Pandemia, comenzaron a plasmarse estos síntomas de ronquera, dolor de garganta, fatiga al hablar, y “apretamiento” en el cuello en nuestra población, y comenzaron a fluir estos pacientes uno tras otro, aumentando así la incidencia usual de esta condición. 

Este diagnóstico se establece mediante un estudio llamado “estroboscopia”, donde el Otorrinolaringólogo examina de manera detallada el funcionamiento y la vibración de las cuerdas vocales.  Agraciadamente, la disfonía de tensión muscular es una condición que en la mayoría de los casos es reversible, mediante terapias de voz dirigidas a la relajación de la musculatura de la laringe y terapias de voz resonante.  Sin embargo, es de mucha importancia atender y manejar los estresores y ansiedades que pudiesen estar afectando a la persona y que contribuyen de manera significativa a la tensión muscular. 

Por lo pronto, las mascarillas aún son esenciales en detener el contagio contra el COVID, pero tengamos en cuenta lo aquí descrito, consideremos este diagnóstico, y busquemos una evaluación especializada, según lo entendamos necesario.

Share this post

scroll to top