Hiperplasia prostática benigna: Cómo afecta a la mayoría de los hombres

Por Raúl M. Arroyo Rosario, M.D. F.A.C.S. 

Urólogo – Diplomate of the American Board of Urology

La hiperplasia prostática benigna (HPB) es una afección que afecta a la mayoría de los hombres a medida que envejecen.

Aunque no es un factor pronóstico de cáncer, el agrandamiento de la próstata puede ejercer presión en la uretra, causando obstrucción y provocando síntomas molestos.

Los síntomas asociados a la HPB incluyen:

Necesidad de orinar con más frecuencia de lo normal, lo que puede perturbar el sueño durante la noche. 

Necesidad de levantarse a orinar varias veces durante la noche. 

Necesidad repentina y fuerte de orinar que puede ser difícil de controlar. 

Dolor o ardor al orinar. 

Dificultad para iniciar el flujo de orina. 

Chorro de orina débil, intermitente o con interrupciones. 

Sensación de vaciado incompleto de la vejiga después de orinar.

Es importante destacar que, sin el tratamiento adecuado, el agrandamiento de la próstata puede ocasionar daños permanentes a la vejiga, producir cálculos en la vejiga o incluso afectar la función renal.

Tratamientos disponibles

Hay una gran variedad de tratamientos disponibles para la HPB, desde terapias mínimamente invasivas hasta cirugía. La opción de tratamiento depende de varios factores, como el tamaño de la próstata, la edad del paciente, la salud general, el grado de molestia y la severidad de la condición.

Medicamentos

Los medicamentos son el tratamiento más frecuente para los síntomas leves o moderados. Los medicamentos pueden disminuir el tamaño de la glándula o relajar los músculos del cuello de la vejiga y las fibras musculares de la próstata. Sin embargo, los efectos secundarios pueden incluir mareos, cansancio o eyaculación retrógrada, disminución del deseo sexual y problemas de erección.

Terapias mínimamente invasivas

Entre estas se incluyen:

            •Urolift: es un procedimiento en el que se colocan unos pequeños implantes en la próstata a través del conducto urinario, de este modo se abre el conducto. Se puede realizar en la oficina o sala de operaciones. Este tratamiento ofrece una recuperación y alivio rápido de los síntomas y permite conservar el desempeño sexual. Normalmente no requiere sonda y los resultados son inmediatos y duraderos. 

            •Vaporización de agua (Rezum): es un procedimiento de oficina o de hospital en el que con vapor de agua inyectado en la próstata, encogemos la glándula para aumentar el flujo urinario. Al igual que el anterior, el paciente puede retornar a sus labores habituales en unos días. Puede tener riesgo de sangrado y suele requerir sonda urinaria. El alivio de los síntomas se comienza a ver después de 4-6 semanas.

Cirugía

También existen procedimientos más invasivos, como el raspe de próstata y la evaporación por láser. Estos procedimientos maximizan el flujo y alivio de los síntomas eliminando el tejido prostático que obstruye el conducto urinario.

Es importante tener en cuenta que cada opción de tratamiento tiene sus propios riesgos y beneficios. Por lo tanto, es esencial que los pacientes discutan sus opciones de tratamiento con su médico y tomen una decisión informada que tenga en cuenta sus necesidades individuales. 

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